En un ataque de locura. (V)

Ebony está extasiada. Aquella noche sembrada de estrellas, iluminada por la luna, y con la eterna banda sonora de los grillos, la ha embriagado. Ya no es dueña de sí misma.

Se gira hacia un lado y puede ver a Carles mirándola, sonriendo. Y en un ataque de locura, se acerca con rapidez, sujeta su cara entre las manos y le besa.

Cuántas noches había soñado con hacer eso, en cómo sería, en qué pasaría después…

Un beso largo, compartido, cálido y suave. Carles está confundido, ¿qué está pasando ahora mismo?

Ebony vuelve en sí. ¿Pero qué coño haaaaaaces? Se dice a sí misma cuando abre los ojos, milésimas de segundos después, y ve lo que está pasando.

Se separa de él, le mira, en silencio, con los ojos ahora húmedos.

Le arden las mejillas, así que agradece al mundo entero que sea de noche, aunque gracias a la luna, Carles ha podido verlo.

Ninguno está enfadado  ni triste, pero ninguno sonríe. ¿Qué acaba de pasar?

                -Lo… Lo siento  –aventura a decir ella. Y se gira hacia el otro costado, se abraza ella misma e intenta no llorar.

Ha pasado más una hora. Carles no puede pegar ojo y Ebony se hace la dormida.

El chico, con indecisión, se acerca poco a poco al cuerpo de su amiga, frágil y relajado, y por detrás, acaricia su espalda con un dedo.

Ebony siente el escalofrío por toda su columna. Carles sigue con el juego.

Es muy tarde, los ojos le pesan y su mente no descansa. Finalmente y decidido, abraza por detrás con fuerza a su amiga. Ella, que sigue despierta y nota poco a poco la cercanía de su amigo, puede sentir todas y cada una de las partes del cuerpo que le roza, TODAS.